miércoles, 4 de junio de 2008

¡Descéntrate a menudo!

Fue a finales de marzo, en una de las primeras sesiones de Literatura Maorí que tuve aquí en la Universidad de Auckland, la profesora propuso una pregunta para introducir el tema, individualmente debíamos responder dónde estaba nuestro centro. Yo estaba sentada al otro extremo del medio círculo que formábamos entre 8 alumnos y alumnas asistentes, así que tuve un poco de tiempo para reflexionar. La mayoría lo relacionó con su casa o su lugar de nacimiento.
"Llevo en Auckland un mes"-dije- "y generalmente me pierdo unas 3 veces por semana, así que no estoy segura de haber encontrado mi centro aún. Sin embargo, si tuviera que escoger un lugar diría un pequeño monte que he encontrado cerca de mi casa, el mar tiene un color diferente desde allí arriba y a veces me gusta quedarme leyendo debajo de un árbol."

Una semana antes había ido a abrir una cuenta en el banco y el tema "central" también estuvo presente en mi conversación con el chico banquero cuando me preguntó:
-Necesito rellenar unos datos personales: ¿dirección?
-Mmm no me acuerdo del nombre de mi calle.
-¿Vives en el centro?, tengo una mapa aquí de las calles principales.
-No, en el barrio Mount Albert (mi monte preferido, ¿mi centro?)

Buscando entre mi bolso logré encontrar un post-it con el nombre de mi calle, "Owairaka Avenue",¿cómo iba a recordarlo si ni siquiera sabía pronunciar esa mezcla entre inglés y Maorí?. Media hora después de irme del banco con mi cuenta (y con una tarjeta que me habían hecho en el momento, casi como en España) me acordé de que me había dejado la única carta oficial que me identificaba aquí como alumna de la universidad, así que volví a recogerla. Allí estaba el chico, que nada más dármela soltó un suspiro de alivio, y yo imaginé su pensamiento "esta española descentrada..."

Estas dos anécdotas se minimizaron en mi memoria por falta de espacio o de importancia. Y quizá no representan nada, pero a veces consigues parar un segundo y te preguntas si cuando has cambiado y seguramente cambiarás de lugar varias veces en poco tiempo sabes lo que realmente significa esa idea de tener un núcleo físico estable en tu vida. Todo se complica cuando te pones a contar, en 15 años has vivido en unas 15 casas incluyendo las de tu padre, tu madre y las tuyas, lo de deambular te viene de familia. Con este panorama lo de menos es que en julio volverás a modificar todo tu vestuario en 48 horas, pasando del abrigo al bikini por segunda vez en 4 meses.

Sin embargo, la experiencia, el inconformismo estimulan a menudo la capacidad para dar vueltas, hacia el otro lado. La mudanza más difícil la viví cuando tenía 9 o 10 años, nos fuimos a un piso mucho mejor y en una calle perpendicular a la mía, pero para mi aquello era como afrontar un fin... y a partir de ahí el resto de tras-lados han sido comienzos. Pasos para aprender a adaptarme más fácilmente a otras habitaciones, barrios y ciudades. Es entonces cuando el tiempo se alía y nos inyecta pequeñas dosis de rutina que serenan nuestra inquietud constante por querer sentirnos como en casa en ese nuevo rincón.

Y poco a poco una especie brújula interna, que normalmente aparece a destiempo con la impaciencia y la inmediatez, te dice donde está el equilibrio: sales a la calle y ya reconoces las caras de algunas personas, caminas sin rumbo porque sabes que aunque no lleves mapa sabrás volver a casa, y cuando es otoño la ciudad te contagia su facilidad natural para cambiar de colores, incluso alguien te pone una alfombra amarilla como esta para que te eches un rato, o toda una mañana.





Para
tod@s l@s que estáis preparando una mudanza: Irene a Vancouver, Bohumira a Ohio, Sara a Perugia, Miguel a Barcelona, César a Santander, mucha suerte en el viaje hacia un nuevo centro...El hecho de atreverse ya es el gran comienzo!

2 comentarios:

Angela dijo...

Hace algun tiempo que "ese centro" o "mi centro" esta en algun sitio dentro de mi, cuando lo descubri fue toda una rebelación...no siempre tiene la misma forma, ni esta en el mismo sitio pero desde que lo encontre todo ha sido mucho mas facil...Por eso puedo ir y venir y andar de un lado para otro sin perderme...aunque nunca se sabe...las brujulas a veces dejan de funcionar por muchos motivos, pero es cuestión de "re-orientarse"...
Que rico poder leerte...!

Anónimo dijo...

Por si te sirve de algo, creo que me siento culpable o al menos responsable de tu "descentre", ya que he vivido situaciones cómo la que cuentas mil veces y también de los cambios de casa, quizá debido a mi inquietud constante por buscar ese equilibrio del que hablas.
Y eso que una de mis pelis favoritas es Un lugar en el mundo, seguramente porque me he pasado media vida buscando mi lugar y como dice Angela lo debía haber encontrado dentro de mí. Ahora sé que si me hubiera quedado en "mi pueblo" todo hubiera sido más facil y también más pobre.